La persona testigo debe hablar. Haciendo preguntas que se puedan responder sólo con sí o no, los jugadores/as deberán descartar los sospechosos/as sin meter la pata. Parece fácil, ¿verdad? Pues no lo es tanto, ya que no se pueden hacer preguntas sobre el aspecto físico del culpable, ¡sólo sobre los hábitos, las opiniones y los gustos de los sospechosos!
Sólo la persona testigo conoce la identidad del/la culpable!
¡Un divertido juego de deducción donde tendremos que pensar bien y descubriremos muchas cosas de nosotros mismos!