Hay tanto silencio que empieza a tocar para hacerse compañía. Y aquí empieza lo mejor.
De repente, se unen a la Poko un mapache que tocaba el banjo, un conejo que tocaba la trompeta … y así hasta una multitud de animales que los seguían y disfrutaban de la música.
Finalmente, cuando el padre de Poko la llamada para cenar, se escucha una música a lo lejos que cada vez es más fuerte.
Volverá la Poko con su tambor?
¿Qué pensarán sus padres?
Si quieres descubrir cómo termina esta historia deberás leer este maravilloso cuento infantil escrito y ilustrador para Mathhew Forshythe.
Se trata de álbum ilustrado que se puede leer en familia a partir de los 4 años. Y cuando ya empiezan a leer ellos solos también lo pueden disfrutar mucho.
Premios que ha recibido este libro infantil Este álbum ilustrado ha recibido numerosos premios:
Mejor Libro del Año 2019 de la revista Publishers Weekly
Libro Favorito del 2019 de la National Public Radio (NPR)
Libro del Año en Today Show
Libro del Año por la revista Quill and Quire
¿Qué puedes aprender con Poko?
Es importante que en la educación que ofrecemos a los niños y niñas puedan aprender a desarrollar la perseverancia. Debemos fomentar esta calidad que consiste en un esfuerzo continuo para poder conseguir lo que nos hemos propuesto y buscar soluciones a las dificultades,
Con este libro podemos promover la perseverancia y la determinación en los niños y niñas.
Tres pasos para desarrollar la perseverancia
1. Ayudar a identificar sus ilusiones y metas
Como padres debemos fomentar que nuestros hijos exploren y experimenten para encontrar lo que les apasiona, porque esta ilusión es la que alimenta sus vidas y los motiva a seguir aprendiendo cosas nuevas.
2. Razonar con ellos sobre la necesidad del esfuerzo
Para poder alcanzar una meta es muy importante que los hijos entiendan que sin esfuerzo no hay éxitos. A veces los padres tendemos a sobreprotegerlos, no queremos que se equivoquen, que sufran o que se hagan daño.
3. La motivación es clave
Ante cualquier reto, la motivación es clave, y no hay mejor motor que la propia familia.