Gracias a los tirantes ajustables y a las fijaciones con velcro es muy fácil de vestir. Al tener un asidero en la parte posterior de la cabeza podemos dirigirlo donde queramos. Además, podemos vestir cualquier conjunto debajo del disfraz.
Jugar a disfrazarse alimenta la capacidad creadora, el ingenio, la imaginación y la proyección. Se entra en contacto con el mágico mundo de las emociones. Activa la fantasía, la ilusión, el entusiasmo y la satisfacción. Potencia el ingenio, la expresión y la cooperación. Reconoce sus gustos y sus preferencias. Adopta roles reales (padre, madre, chofer, maestra, …) y roles imaginarios (príncipes y princesas, caballeros, guerreros de las galaxias, …).
En definitiva, disfrazarse permite ser lo que se quiera ser.
Como dispone de unos tirantes ajustables a la medida de cada niño y niña, su vida útil es muy larga porque se adapta al crecimiento.