No hay juguete más valioso que aquél que parte y se adapta a las necesidades de los niños y niñas. Emi Pikler (1902-1984), reconocida pediatra húngara, lo sabía, por lo que su trabajo a lo largo de los años inspiró esta bola, creada a partir de materiales naturales como la médula de junco. Pensada como un juguete para bebés a partir de los tres meses, la bola Pikler es un elemento sencillo pero completamente adaptable a las manos de los más pequeños y pequeñas. Uno de sus grandes objetivos es la estimulación autónoma del sistema psicomotriz, que consigue al ser fácilmente manejable por la gran cantidad de espacios abiertos que deja y su peso ligero. Experimentar con cualquier material esférico es una delicia para los niños, pero esta bola permitirá que lo puedan hacer de forma autónoma y en su propio ritmo: cogiéndola con las manos, ligándola al cochecito o en la cuna para poder jugar con las manos o con los pies o incluso, al crecer y gatear, persiguiéndola por el suelo: al ser ligera pero no lisa no se aleja demasiado y se convierte en un elemento muy asequible para lanzar e ir a recoger. Una de las partes más especiales es que es un juguete que los y las acompañará durante el crecimiento: su versatilidad permite añadir elementos como cintas o pañuelos o incluso objetos sonoros como cascabeles o sonajeros en su interior para aumentar la estimulación autónoma del niño.
Su tacto natural estimulará sus sentidos y es, incluso, un gran elemento para la cesta de los tesoros.
Medida aproximada: 13 cm de diámetro
