Con mecánicas principales de lanzamiento de dados y push your luck, el juego nos reta a puntuar seis cartas de perro, colocando dados con un resultado concreto sobre sus casillas de manchas.
Ideal para jugaren familia o con amigos, Manchas tiene unas reglas muy intuitivas y fáciles de aprender.
En los Push your luck (Fuerza la suerte), los jugadores eligen hasta donde quieren llegar. Tienen que decidir si se conforman con lo que tienen o intentan conseguir más (recursos, puntos, tesoros…), pudiendo perder todo lo ganado anteriormente. Mecánica divertidísima.
Con unas ilustraciones adorables, Manchas es un juego de formato compacto y portátil que servirá para amenizar cualquier situación con todo tipo de jugadores. Además, incluye variantes y un montón de cartas distintas de trucos, de modo que se pueden plantear distintos tipos de partidas en cada sesión.
Manchas permite partidas en solitario o en grupos de hasta 4 jugadores, a partir de 10 años, de unos 30 minutos de duración.
Autor Alex Hague, Jon Perry, Justin Vickers
Ilustrador John Bond
Como se juega? Video aqui
En su turno, los jugadores elegirán uno de los trucos disponibles en el centro de la mesa, que indicará cuantos dados pueden lanzar y con cuáles de ellos quedarse, si pueden tomar o no nuevas cartas de perro y si reciben premios. Los dados deben colocarse sobre las casillas de las cartas de perro con el mismo resultado. Aquellos dados que no se puedan o no se quieran usar, se entierran en el jardín. ¡Pero cuidado! Si en algún momento la suma del resultado de los dados supera las 7 manchas, la pifias y debes recoger todos los dados de las cartas de perro. Esta vez el truco no ha salido bien, ¡La próxima vez saldrá mejor!
Por suerte, los jugadores tienen a su disposición premios deliciosos, que les permitirán volver a lanzar los dados. En su turno, los jugadores también pueden puntuar a sus perros. Eso les permite asegurar las cartas, de modo que no serán objeto de futuras pifias. En el momento que alguien consiga puntuar seis perros, gana la partida. Fácil, ¿verdad?